Cambiando a Cruelty Free
Queridas lectoras, ¿como estan?
Como ya les anticipé en una de mis entradas de presentación, en el último tiempo he ido cambiando paulatinamente toda mi rutina de cuidados personales, tanto corporales como faciales y capilares. La verdad es que no es un camino fácil, cuando (al menos en mi caso) nos ha costado encontrar tanto aquellos productos que de verdad nos funcionen y que además se adecuen a nuestro presupuesto.
Por lo anterior, quería contarles como ha sido este cambio, y como me siento al respecto.
Uno de mis primeros cambios fué casi sin querer, y digo esto, porque de verdad no fue muy consciente, simplemente se dió, y fué con los productos de cuidado capilar. En verdad soy una asidua compradora de internet y lectora de Blogs, entonces, siempre hablaban de iHerb y los mil productos bacanes que tenían para el pelo, la cuestión es que yo buscaba productos libres de siliconas y otros productos tóxicos, para desintoxicar el cabello, leí reviews y cosas y llegue a la marca Desert Essence (certificada cruelty free por PETA) con sus mega recomendados shampoo y acondicionar de coco, además de sus aceites, por lo que fueron uno de mis primeros productos capilares cruelty free, el enamoramiento fué instantáneo y ps sigo usándolos, aunque alterno con otros productos igualmente cruelty free, siempre probando (así les podré escribir sobre más productos ;) )
El siguiente cambio que tampoco me costó mucho fué el maquillaje, y pasa que, estoy obsesionada con Urban Decay, entonces al menos el 70% de mi maquillaje ya era cruelty free antes de querer cambiarme al cien. Desde que estoy en post del cambio, ya no miro marcas de alta gama (que me encantaban) como YSL, Benefit, Boby Brown, etc. por ser marcas crueles. Y la verdad es que hay marcas cruelty free y low cost ¡muy buenas y convenientes! No todo es alta gama en esta vida, claro ejemplo de esto son: Catrice, essence, jordana, petrizzio (marca nacional, ¡aplausos!)
Y obvio que no todo en esta vida es fácil, por lo mismo, el cuidado facial ha sido el que más me ha costado cambiar, al punto de que aún tengo uno o dos productos crueles de los cuales no he encontrado sustituto, pero ¡estoy en camino! y apenas se acaben no los renuevo más. Los últimos meses han sido un gastadero de dinero y experimentos en mi rostro, y para ser sincera no me agrada mucho, uds. entenderán que nadie quiere tener reacciones alérgias o adversas en la busqueda de los productos que nuestra piel necesita, o comprar un producto y que simplemente no hace efecto (daah lo peor). A pesar de todo siento que voy súper bien encaminada, y tengo la fé de que pronto daré con los productos que me faltan, y pucha aunque mi piel es súper webiada (atópica) sé que tendré exito en mi busqueda de una rutina 100% cruelty free, total ya vamos en 90% (algo me pasa con lor porcentajes hoy día, igual que con los paréntesis).
Igual que con el rostro, el cuerpo es otro tema para mí, pasa que mi cuerpo es seco atópico con brotes de dermatitis permanentes en ciertas zonas, entonces tampoco es como que me pueda hechar cualquier cosa, pero ¡vamos que se puede! y de momento nada de lo que he probado me ha empeorado la dermatitis, así que bien y bkn! (también me pasa algo con los signos de exclamasión ¿Se dieron cuenta?)
El cambio se siente, a veces la piel paga los cambios, porque nos cuesta acostumbrarnos a productos nuevos, o como el cabello que resiente mucho el cambio a productos libres de sulfatos y/o siliconas cuando lo has usado toda la vida. Pero en verdad cabras, vale la pena, uno se vuelve una consumidora plena, porque estay gastando en cuidarte pero sin la necesidad de que los animalitos paguen por tu belleza, si al final eso de que para ser bella hay que ver estrellas es pa uno, no pa los bebes que no pueden hacer valer sus derechos.
De verdad que las invito a hacer el cambio, gradualmente y pasito a pasito (suave suavesito) para que vivamos en un mundo cruelty free.
¡Abrazos! :)
Como ya les anticipé en una de mis entradas de presentación, en el último tiempo he ido cambiando paulatinamente toda mi rutina de cuidados personales, tanto corporales como faciales y capilares. La verdad es que no es un camino fácil, cuando (al menos en mi caso) nos ha costado encontrar tanto aquellos productos que de verdad nos funcionen y que además se adecuen a nuestro presupuesto.
Por lo anterior, quería contarles como ha sido este cambio, y como me siento al respecto.
Uno de mis primeros cambios fué casi sin querer, y digo esto, porque de verdad no fue muy consciente, simplemente se dió, y fué con los productos de cuidado capilar. En verdad soy una asidua compradora de internet y lectora de Blogs, entonces, siempre hablaban de iHerb y los mil productos bacanes que tenían para el pelo, la cuestión es que yo buscaba productos libres de siliconas y otros productos tóxicos, para desintoxicar el cabello, leí reviews y cosas y llegue a la marca Desert Essence (certificada cruelty free por PETA) con sus mega recomendados shampoo y acondicionar de coco, además de sus aceites, por lo que fueron uno de mis primeros productos capilares cruelty free, el enamoramiento fué instantáneo y ps sigo usándolos, aunque alterno con otros productos igualmente cruelty free, siempre probando (así les podré escribir sobre más productos ;) )
El siguiente cambio que tampoco me costó mucho fué el maquillaje, y pasa que, estoy obsesionada con Urban Decay, entonces al menos el 70% de mi maquillaje ya era cruelty free antes de querer cambiarme al cien. Desde que estoy en post del cambio, ya no miro marcas de alta gama (que me encantaban) como YSL, Benefit, Boby Brown, etc. por ser marcas crueles. Y la verdad es que hay marcas cruelty free y low cost ¡muy buenas y convenientes! No todo es alta gama en esta vida, claro ejemplo de esto son: Catrice, essence, jordana, petrizzio (marca nacional, ¡aplausos!)
Y obvio que no todo en esta vida es fácil, por lo mismo, el cuidado facial ha sido el que más me ha costado cambiar, al punto de que aún tengo uno o dos productos crueles de los cuales no he encontrado sustituto, pero ¡estoy en camino! y apenas se acaben no los renuevo más. Los últimos meses han sido un gastadero de dinero y experimentos en mi rostro, y para ser sincera no me agrada mucho, uds. entenderán que nadie quiere tener reacciones alérgias o adversas en la busqueda de los productos que nuestra piel necesita, o comprar un producto y que simplemente no hace efecto (daah lo peor). A pesar de todo siento que voy súper bien encaminada, y tengo la fé de que pronto daré con los productos que me faltan, y pucha aunque mi piel es súper webiada (atópica) sé que tendré exito en mi busqueda de una rutina 100% cruelty free, total ya vamos en 90% (algo me pasa con lor porcentajes hoy día, igual que con los paréntesis).
Igual que con el rostro, el cuerpo es otro tema para mí, pasa que mi cuerpo es seco atópico con brotes de dermatitis permanentes en ciertas zonas, entonces tampoco es como que me pueda hechar cualquier cosa, pero ¡vamos que se puede! y de momento nada de lo que he probado me ha empeorado la dermatitis, así que bien y bkn! (también me pasa algo con los signos de exclamasión ¿Se dieron cuenta?)
El cambio se siente, a veces la piel paga los cambios, porque nos cuesta acostumbrarnos a productos nuevos, o como el cabello que resiente mucho el cambio a productos libres de sulfatos y/o siliconas cuando lo has usado toda la vida. Pero en verdad cabras, vale la pena, uno se vuelve una consumidora plena, porque estay gastando en cuidarte pero sin la necesidad de que los animalitos paguen por tu belleza, si al final eso de que para ser bella hay que ver estrellas es pa uno, no pa los bebes que no pueden hacer valer sus derechos.
De verdad que las invito a hacer el cambio, gradualmente y pasito a pasito (suave suavesito) para que vivamos en un mundo cruelty free.
¡Abrazos! :)
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